Después de tener un día muy productivo ayer, los compadres y yo nos dispusimos a beber unas ricas cervezas con el fin de relajarnos y así terminar, con honores, un día tan ajetreado.
Esa noche el tiempo voló y el alcohol no faltó. Cuando menos lo pensábamos ya se veía el sol salir; la mañana nos había alcanzado.
Después de unos taquitos de barbacoa, en su respectiva tortilla de harina, me aventé un coyotito de 3 horas por qué a las 12 pm ya estaba esperando de nuevo a mis compadres para seguir trabajando en la casa. Se resolvió el problema de la electricidad que tenía en la casa y el techo cada día está mas cerca de estar listo.
En este preciso momento los compadres y yo nos curamos la resaca, ellos viendo el fútbol y yo escribiendo este post.
Life is good...